¿Por qué pensamos que a los niños hay que obligarles a comer sin hambre? ¿O forzarles a ingerir alimentos que sus cuerpos rechazan o no les gustan?
Seguir ofreciéndole a un niño, por no decir obligarle a comer brócoli, por ejemplo, si sabemos que no le gusta y su paladar lo rechaza no es muy respetuoso, ¿Verdad?
Hay muchas otras frutas y verduras con las mismas vitaminas y minerales que podríamos darle.
Yo, que sigo una dieta vegana, si fuera a casa de algún amigo y me ofreciera un alimento que no me gusta o que no deseo comer y se lo dijera…
Estoy convencida de que no me lo seguiría ofreciendo cada vez que le visitara para que me acostumbrará, ni me amenazaría con dejarme sin el postre si no me lo como. Muy probablemente me respetaría, ¿Verdad?
Entonces…
¿Por qué pensamos que a los niños hay que obligarles a comer sin hambre o forzarles a ingerir alimentos que sus cuerpos rechazan o no les gustan?
Les hacemos cosas a los niños que nunca haríamos a un adulto.
A muchos de nosotros nos obligaron a comer sin hambre e ingerir alimentos que no nos gustaban.
Nos chantajeaban con la comida, pero se nos ha olvidado lo mal que lo pasábamos en esos momentos y parece que ahora ha llegado nuestro turno para hacerles lo mismo a nuestros hijos y demás niños de nuestra vida.
Lamentablemente, en muchos comedores de escuelas aún se obliga a los niños a terminarse el plato y a ingerir alimentos que no les gustan y su cuerpo rechaza.
Invito a reflexionar sobre este hecho y a dar más opciones sanas a los niños.
Conozco a muchos niños veganos, vegetarianos y también omnívoros que comen muy equilibradamente a quienes nunca, repito, nunca se les ha castigado. Ni premiado, ni chantajeado con la comida, ni se les ha forzado a comer ingredientes que no les gustan.
La verdad es que si en casa hay una alimentación variada, sabrosa y sana por parte de los padres y lo que se les ofrece a los niños es sano pueden autorregularse perfectamente.
Sé que a muchos adultos nos puede sorprender, ya que tenemos la creencia de que a los niños hay que decirles qué comer, cuándo y en qué cantidad.
Las escuelas deberían ser un lugar en el que las verdaderas necesidades de los niños se tuvieran mucho más en cuenta.
En las escuelas, por ejemplo, se podría ofrecer comida a los niños tipo buffet, con productos sanos y naturales: cereales integrales variados (quínoa, mijo, espelta, arroz…), proteínas de origen animal.
También de origen vegetal, muchos diferentes tipos de verduras variadas crudas, hervidas o a la plancha, ensaladas variadas, frutas frescas o secas, legumbres, germinados frutos secos, semillas…
También invitaría a tener un lugar con comida sana al alcance de los niños para que puedan beber y comer algo siempre que lo necesiten.
Podría haber zanahorias, guacamole, hummus, tortitas de cereales, frutos secos y semillas, zumos naturales de frutas o incluso una licuadora para que ellos mismos se hagan la combinación preferida.
Visualizo comedores relajados en donde niños y adultos comen juntos y charlan y comparten en paz y armonía.
En muchos hogares y escuelas las horas de la comida generan mucho estrés cuando lo ideal serían momentos de tranquilidad y conexión con el cuerpo…
Si necesitas ayuda para poder acompañar, dar y amar a tus hijos más y mejor te invito a unirte a mi Formación online en Crianza Consciente y Educación Emocional.
CCEE tiene que ver con respetar y escuchar a los niños, darles voz, aceptar su esencia y estar presentes.
CCEE es una filosofía de vida que transforma las relaciones humanas entre padres e hijos y docentes y alumnos.