Los pedidos desplazados suelen ser demandas emocionales disfrazadas o simples toques de atención por necesidades no satisfechas, aburrimiento, desconexión o falta de presencia.
¿Qué entendemos por un pedido desplazado?
Nos cuesta ver y sentir la realidad desde la vivencia real infantil. Solemos ver desde el punto de mira y juicio del adulto. Ya he comentado reiteradamente que los niños no piden nuestra mirada, nuestra atención y nuestra presencia por elección sino por biología.
Ya sabemos que cuando los niños piden desplazadamente «mucho» de algo (tele, comida, golosinas, juguetes) puede ser por falta de mirada, atención y amor. Hay una necesidad de llenar un vacío emocional que les duele. Por tanto, lo que realmente necesita el niño no es la golosina o la galleta o el juguete… Al NO poder obtener lo que verdaderamente necesita: (más amor y mirada de mamá en definitiva) pide sucedáneos que le sacian momentáneamente. No obstante, la necesidad primaria y verdadera seguirá sin ser satisfecha, ni validada, ni nombrada. La triste verdad es que ya se olvidaron lo que necesitaban de verdad y por eso piden desplazadamente «lo que sea».
Nosotras de niñas también pedíamos lo que sabíamos nos podía dar mamá. Si le pedíamos atención, mirada y presencia quizás no podía dárnoslo por tanto aprendimos a pedir desplazadamente pensando que de este modo podríamos obtener lo que necesitábamos pero en realidad todos esos pedidos desplazados nos desconectaban aún más de nuestras verdaderas necesidades hasta tal punto de llegar a olvidarlas por completo hasta el día de hoy. Más adelante, siendo adolescentes o jóvenes adultos dejamos de pedir y nos llenamos directamente (nos volvemos adictas) de alcohol, drogas, comida, sexo, juegos electrónicos, redes sociales o padecemos anorexia o bulimia o entramos en estados depresivos o de angustia. Luego todos pensarán que tenemos un problema con la comida o el alcohol o las drogas. Nadie estará revisando ni nombrando TODO eso que nos faltó o toda la violencia recibida.
Seguiremos llenándonos de lo que sea con tal de dejar de sentir ese gran vacío que nos ahoga y nos duele. Repito, se nos olvidó que necesitábamos la mirada, la aprobación, la atención y el amor incondicional de mamá, papá y demás adultos.
Nos pasaremos el resto de nuestra vida pidiendo desplazadamente a nuestras futuras parejas e hijos o consumiendo sustancias para llenar ese vacío sin darnos cuenta que por mucho que introduzcamos NUNCA nos podremos llenar del amor de mamá que nos faltó.
La buena noticia es que ya no somos esas niñas desesperadas por falta de amor y mirada. Hoy somos las adultas que pueden validar, amar y sostener a la niña que llevamos dentro y aún se manifiesta a través de nosotras (tengamos 20 o 70 años). Es la niña interior que actúa y habla por nosotras aunque nos cueste aceptarlo. Si no validamos y maternamos a nuestra niña interior no podremos darles a nuestros hijos lo que ellos legítimamente necesitan de nosotras.
En el módulo 7 de mi curso online Sanar la Herida Primaria (SHP) trabajamos en profundidad esta parte de poder llegar a dar lo que nosotras no obtuvimos de nuestra madre y demás adultos siendo niñas. Os comparto este testimonio que me llegó al corazón:
«Yvonne, tu curso SHP me ha cambiado la vida, soy otra persona. Si tuviera que elegir qué módulo me ha transformado más, sería el módulo 7. Gracias por hacerme de testigo y por haber nombrado tanto de mi realidad. Hoy puedo dar a mis hijos y amarlos mejor gracias a tu curso SHP. Quizás te parezca exagerado pero transformas a las personas Yvonne, tienes una capacidad sobre-natural. Gracias por todo lo que he aprendido y sanado contigo».
Herminia F.
Si nuestra madre u otro adulto hubiesen nombrado «esa» necesidad, “esa” carencia emocional y “ese” vacío existencial que sentíamos en nuestras entrañas hoy podríamos y hubiésemos podido, también entonces, reconectar con dicha necesidad, carencia o vacío. Como ya he comentado anteriormente, hubiésemos necesitado de algún testigo (como Alice Miller siempre comenta en sus libros) que nombrará la realidad desde el otro lado – desde el punto de vista y vivencia infantil – para poder habernos dado cuenta de que la realidad era otra muy distinta:
“Necesitas estar con mamá, ¿verdad? Necesitas que alguien juegue contigo, quieres que mamá te preste más atención, te sientes sola, tienes miedo, te sientes insegura…”
Dicho y comprendido todo lo mencionado hasta ahora sobre los pedidos desplazados, si satisfacemos dichos pedidos desplazados de nuestros hijos (dándoles más tele, más comida, más cosas materiales o lo que sea que piden) sin nombrar lo que verdaderamente está pasando en su interior se desconectarán aún más de sí mismos y les confundirá mucho más aún. Es vital que alguien se dé cuenta de lo que verdaderamente está pasando.
Siendo niñas es probable que obtuviéramos lo que pedíamos desplazadamente (o que nuestros hijos lo estén obteniendo de nosotras hoy) pero aun así seguirán sintiéndose mal ya que «eso» que piden NO es lo que verdaderamente están necesitando… Qué gran confusión para la psique infantil. Qué alejada estaba nuestra verdadera realidad y vivencia infantil del discurso y comportamiento adulto. Qué alejada está la verdadera vivencia infantil de nuestros hijos de nuestro discurso interno. Lo que nos pasaba siendo niñas, lo que les pasa a nuestros hijos hoy, lo que veíamos y oíamos de mamá, lo que nuestros hijos ven y oyen de nosotras… no encaja con su verdadera realidad emocional interna. ¡Qué gran desorden psíquico!
Estas vivencias serán el principio de todas las futuras adicciones, violencias, depresiones, ansiedades, miedos y sensación de: “no sé quién soy, ni cuál es mi propósito, ni sé lo que quiero o deseo en esta vida…”
Para concluir, una necesidad nace desde lo biológico, desde la verdadera naturaleza humana. Cuando dichas necesidades básicas, primarias y legítimas no son satisfechas, ni validadas, ni nombradas pediremos desplazadamente «lo que sea» con tal de silenciar, acallar y anestesiar nuestro dolor emocional producido por el vacío interno de la no satisfacción de necesidades vitales. Cuando pedir desplazadamente se vuelve nuestra única forma de «calmarnos» (emocionalmente hablando) entonces podemos llegar a ser adictas.
En mi curso online de Sanar la Herida Primaria en varios de los módulos trabajamos en profundidad este tema y muchos más relacionados… Te invito a informarte si deseas trabajarte y sanar esas partes en ti misma para poder llegar a ser la madre que tus hijos necesitan. Ya sabes que puedes inscribirte en cualquier momento del año y desde cualquier lugar del mundo.
Tu, al igual que yo hice, y que Herminia ha hecho, puedes cambiar y transformar tu vida y la relación afectiva con tus hijos y tu pareja. Todas tenemos la capacidad de cambiar y transformarnos con la ayuda adecuada y las personas que nos inspiran. Si este es tu momento y yo la persona con la que te gustaría trabajar, será un enorme placer para mi poder ayudarte y acompañarte en tu camino hacia una vida más consciente, amorosa, amable y pacifica. Sanar nuestra Herida Primaria es vital para poder liberarnos y llegar a ser quien vinimos a ser.
Aquí puedes leer varios testimonios más: CLICK
Te deseo todo el amor del mundo y recuerda que cuando no puedas satisfacer ni complacer algunas necesidades de tu hijo siempre puedes validarlas y nombrarlas para que no le quede la sensación de que está equivocado necesitando…
1 comentario en “¿Qué diferencia hay entre Necesidades-Deseos-Pedidos Desplazados en los niños?”
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