Cómo cuidar de tu niña interior

Seamos o no consciente de ello, dentro de nosotras habita un ser absolutamente maravilloso, extraordinario, único y aunque no lo creas, completamente perfecto...

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Seas o no consciente de ello, dentro de ti habita un ser absolutamente maravilloso, extraordinario, único y aunque no lo creas, completamente perfecto.

Ese SER tan especial es NUESTRA NIÑA INTERIOR, TU NIÑA INTERIOR.

Aquella niña juguetona, habladora, movida, que quizás no le gustaba el brócoli ni el pescado.

Aquella que prefería seguir jugando a dejarlo todo para recoger los juguetes e ir a comer, la que prefería bailar y saltar antes de acostarse, la que amaba la música, el canto, el deporte, el arte… Mucho más que las matemáticas.

A la que no le gustaba llevar dos coletas apretadas.

La que hacía todo lo posible por gustar a mamá y no molestarla. La que intentaba cumplir las expectativas de mamá y papá, pero que parecía que, hiciese lo que hiciese, nunca era lo suficiente “buena” para ellos.

Nunca hacía nada cómo ellos deseaban, siempre había algo que mejorar.

TU NIÑA INTERIOR también deseaba y necesitaba un abrazo de mamá, pasar más tiempo con ella, jugar con ella, hacer un puzzle con ella, los deberes, leer, pasear o tomar una infusión juntas, sin más.

Que la defendiera delante de papá o algún adulto no respetuoso, en vez de ponerse del lado de aquel.

Deseaba tener conversaciones con papá, pero él siempre estaba ocupado.

Qué le preguntarán “cómo estás bonita”. Que se interesaran por sus gustos, intereses o que estuvieran simplemente, más presentes y dispuestos a estar con ella.

TU NIÑA INTERIOR también es aquella a la que gritaban, castigaban, rechazaban, ignoraban, retiraban la palabra, dejaban sola cuando no hacía lo que mamá quería o necesitaba. 

La que hubiese necesitado que mamá le hubiese hablado sobre la menstruación o la sexualidad.

Esa preciosa y maravillosa NIÑA es quien aún habita en ti, en mí, en todas y cada una de nosotras. 

Esa niña que, lo único que de verdad necesitaba, era ser respetada, escuchada, tenida en cuenta, acompañada y amada incondicionalmente.

Por muy adultas que seamos hoy, aún seguimos pensando, sintiendo y, sobre todo, actuando y reaccionando desde la niña que una vez fuimos.

Pregúntate:

💟 ¿Cómo te sentías de niña?

💟 ¿Eras alegre y juguetona?

💟 ¿Pasabas mucho tiempo sola?

💟 ¿Papá y mamá pasaban tiempo contigo?

💟 ¿Les gustaba estar contigo?

💟 ¿Les gustaba tu forma de ser?

💟 ¿Se sentían orgullosos de ti?

💟 ¿Respetaban tus gustos en la comida?

💟 ¿Tenían paciencia contigo?

💟 ¿Te ayudaban y acompañaban en momentos de malestar?

💟 ¿Te gritaban o te pegaban?

💟 ¿Te castigaban o insultaban?

💟 ¿Te culpaban de su malestar?

Etc…

No es que tengas a esa niña de 5, 7 o 14 años dentro de ti (literalmente hablando), sino que lo que llevas dentro o encima, son todas esas vivencias hostiles, experiencias desagradables, momentos de soledad, demasiadas emociones reprimidas, negadas, ignoradas y no expresadas ni resueltas.

Todo esto habita en nosotras por mucho que no seamos conscientes de ello, o no queramos admitirlo. Por mucho que no desees aceptar, reconocerlo o incluso nombrarlo (decirlo).

Porque por mucho que lo justifiques, lo niegues o lo hayas incluso olvidado para dejar de sufrir, no deja de formar parte de TU VERDAD, de tu propia historia, de tu pasado.

Esa fue tu verdadera vivencia infantil.

Todo eso SÍ pasó.

SÍ ocurrió.

SÍ lo vivimos y experimentamos en mayor o menor grado.

LO QUE NEGAMOS PERPETUAMOS. ACEPTAR NUESTRA VERDAD ES EL PRIMER PASO PARA LIBERARNOS Y SANARNOS O TRANSFORMARNOS.

La toma de conciencia (de nuestra verdad) es vital y urgente para dejar de repetir lo mismo una generación más.

Tu NIÑA INTERIOR HERIDA necesita que le des voz y no la abandones, ignores y dejes sola hoy también.

Todas esas vivencias y emociones reprimidas se manifiestan (salen) HOY a través de nosotras, muy a pesar de nosotras.

Por ejemplo, cuando reaccionas de forma descontrolada y desproporcionada contra tu pareja, o contra las personitas más vulnerables y que más queremos: NUESTROS HIJOS.

En esos momentos, es nuestra NIÑA INTERIOR desesperada la que toma el control de la situación.

No es la adulta sana, equilibrada, madura, responsable, respetuosa o amable quien decide o habla en ese momento, sino la niña herida, sola, triste, enfada, desesperada, desamparada y necesitada que una vez fuimos.

ES URGENTE SANAR A TU NIÑA INTERIOR HERIDA PARA QUE DEJE DE DOMINAR TU VIDA

Esa niña ya pasó por todo aquello.

Eso no lo podemos negar ni cambiar hoy. Aceptar la verdad duele y mucho.

No obstante, la verdad no es mala ni buena, simplemente es la que es.

La verdad sana y nos libera

No obstante, TÚ hoy, AHORA MISMO, sí puedes hacer algo por y para TU NIÑA INTERIOR para que deje de dominar tu vida con tantas reacciones emocionales automáticas, tanta inseguridad, falta de autoestima, miedos desplazados y tanta necesidad desesperada de aprobación.

¿SABES QUÉ PUEDES HACER POR TU NIÑA INTERIOR HOY?

Simplemente, dejar de negarla, olvidarla o ignorarla, para empezar a verla, reconocerla, validarla, amarla y aceptarla tal y cómo realmente es.

Acompañarla y escucharla cómo nadie antes lo hizo.

Lleva 25, 35 o quizás 45 años esperándote pacientemente.

Cada vez que grita, cuando se siente insegura, cuando tiene reacciones emocionales automáticas, cuando actúa de forma descontrolada y desproporcionada te está diciendo esto:

“¡Ayúdame por favor!, no me dejes sola ya nunca más…

Mamá y papá hicieron lo que pudieron y ya no me pueden dar hoy lo que legítimamente necesitaba de niña o adolescente.

Pero tú sí puedes cuidarme hoy.

Podemos comer sano, hacer algo de ejercicio, buscar ayuda si es necesario, decidir dejar de castigar y controlar tanto, elegir ser respetuosa, amable y paciente.

No te rindas, por favor, escúchame… Te necesito, nos necesitamos…

Sé que es posible, solo necesitas darte cuenta que yo sigo aquí.

Dentro de ti.

No me olvides, no me ignores, no me rechaces, no me abandones tú también, ya que yo seguiré recordándote (cada día de mi vida) que sigo aquí esperándote…

No me dejes sola, no me gusta estar sola, ya estuve demasiado sola… me duele mucho estar sola.

Te necesito, por favor… Estoy aquí, sigo aquí. ¡Qué no me oyes!
Siempre estaré esperándote, siempre…

Sé que tarde o temprano vendrás a por mí y ya nunca más me dejarás sola…

Confío en ti plenamente.

Pero no tardes, por favor. Tengo prisa. Tenemos tanto por hacer y vivir juntas.

El tiempo pasa.

Yo te necesito y tú me necesitas, para que juntas podamos convertirnos en la maravillosa mujer que vinimos a ser, para luego poder convertirnos en la madre que nuestros hijos necesitan.

Necesitamos cortar la cadena juntas, me necesitas para cortar esta cadena.

No te rindas, por favor, aún estamos a tiempo, es un poco tarde, pero aún llegamos a tiempo.

Aquí sigo, coge mi mano y seamos libres y felices juntas. Sé que lo vamos a lograr.

Firmado: Tu niña interior aún herida que te quiere y te espera”.

__________

Corre, corre… Abrázala y nunca más la dejes sola.

Te necesita a ti, y tú la necesitas a ella.

Juntas podéis lograrlo y cambiarlo todo. Separadas no es posible.

JUNTAS TODO ES POSIBLE, te lo puedo asegurar.

HOY PUEDE SER EL PRIMER DÍA DE TU (vuestra) NUEVA VIDA.

Si ya has hecho talleres y cursos, si has leído libros, si te has informado y aún así hay momentos en que te descontrolas y sientes que no eres la mamá que tus hijos necesitan… 

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4 comentarios en “Cómo cuidar de tu niña interior”

  1. Yvonne, gracias. Estoy joven, teniendo en cuenta tu edad. Tengo 24 años. Soy Psicóloga y estoy en camino de ser maestra de Literatura, porque amo las letras y enseñar con todo mi corazón. Te agradezco porque por mucho años pensé que el hecho de que mi madre biológica muriera cuando yo tenía 3 años era algo normal, era algo que nunca me afectó, pero no es así. Ese hecho dejó una herida en mí, un abandono, aunque tuve la oportunidad de tener una familia amorosa, mi identidad se vio nublada con el fantasma de mi madre la cual veían reflejada en mí. Ahora, a mis 24, estoy lista para encontrarme conmigo misma. Un abrazo.

  2. Carolina Astrid Preciado Espinoza

    Muy buen día, siempre se ha dicho no nacemos sabiendo ser padres pero gracias a Dios, ya hay tantos talleres, programas, etc., que nos pueden ayudar a ser esos padres que nuestros hijos necesitan. En lo personal necesito mucha ayuda pues soy gritona y explotó muy fácilmente, espero en Dios me ayude con su taller claro primerente sanando mi niña que es algo que yo no sabía hasta estos dias al leer su correo se me vinieron tantas vivencias de niña que no recordaba y no son cosas muy agradables. Muchas gracias por compartir con nosotras sus conocimientos y ayudarnos a ser mejores personas y así ser las mamás que nuestros hijos necesitan.

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