La Crianza Consciente y el Unschooling van de la mano.

Para nosotros Unschooling  y Crianza Consciente van de la mano. De hecho, en nuestro caso, una cosa trajo la otra. Hay una gran diferencia entre querer controlar o no controlar a nuestros hijos. E involucrarse en la crianza o no involucrarse.

Comparte este post

Para nosotros Unschooling  y Crianza Consciente van de la mano. De hecho, en nuestro caso, una cosa trajo la otra.

Hay una gran diferencia entre querer controlar o no controlar a nuestros hijos. E involucrarse en la crianza o no involucrarse.

La Crianza Respetuosa, con Apego, Natural…  a mí personalmente me gusta llamarla Crianza con Conciencia, no es ser permisivos ni indiferentes con nuestros hijos sino, más bien, no obligar, no forzar, no castigar ni premiarles para conseguir lo que queremos de ellos. No buscar estrategias para modificar y moldear su comportamiento y hacer que sean como nosotros queremos que sean y hagan lo que nosotros queremos que hagan. La mejor forma para conseguir eso sería siendo y comportándonos nosotros como nos gustaría que fuesen nuestros hijos. Dar, nosotros, ejemplo de lo que queremos ver en ellos. Aunque, sinceramente, pienso que ni eso deberíamos hacer con esa intencionalidad. Ellos tienen que llegar a ser quienes ya son y nosotros debemos, a mi entender,  acompañarles en ese maravilloso camino llamado vida.

 Yvonne_(4)[1]

La Crianza con Conciencia  y el Unschooling, para nosotros, es  involucrarnos pero no controlarlos. Les informamos de los limites pero no les limitamos (hay un artículo de Casilda Rodriganez que lo explica maravillosamente). Cuando no somos arbitrarios con ellos y les explicamos el por qué no se puede hacer tal cosa en tal sitio o por qué no comemos tal o cual cosa, el por qué en casa de la abuela es mejor no saltar sobre el sofá, el por qué hay que vestirse para salir depende dónde… Cuando les hablamos de las necesidades y sentimientos de los demás no hace falta forzar, prohibir, amenazar, ordenar, castigar, premiar… Si les informamos del por qué nosotros no hacemos, decimos, comemos… tal cosa, ellos lo ven y entienden y a la larga todo tiene su efecto positivo. No es lo mismo obligarles a vestirse por qué estamos en casa de la abuela que explicarles que la abuela no se siente cómoda con nuestra desnudez  por tanto no queremos incomodarla, ¿verdad? El simple hecho de prohibir algo hace que ese algo tenga mucho más poder. No obstante, el no prohibir no es condición “sine quantum” de que van a hacer lo contrario a lo que nosotros queremos, necesitamos o deseamos.

Mis hijos, casi siempre, suelen escoger alimentos sanos para alimentarse porque saben y están informados sobre nutrición. Es un tema que a mí me apasiona. En casa se habla del efecto de ciertos alimentos en nuestro organismo… Yo soy vegetariana desde hace más de 20 años y ellos también lo son. No por imposición sino por información, ética y ecología. Mi pareja también ha hecho su camino al respecto y hace 3 años que también es vegetariano pero no tan “estricto” como yo. Nuestros hijos no se sienten atraídos por ningún trozo de “animal muerto”.

Un ejemplo sería: En una fiesta de cumpleaños o en casa de alguien que no come como nosotros. Uno de mis hijos me pregunta: “¿Mama qué lleva esto? ¿Tú vas a comerlo?” Yo le respondo que no voy a comerlo ya que lleva azúcar refinado, él ya sabe que nosotros no comemos azucares refinados,  pero añade: “Yo si quiero un trozo”… yo le contesto: “Cariño, si tú quieres come un poco”. Él coge un trozo, le pega un mordisco y me lo da diciendo: “Ya no quiero más”. Ni a Ainara ni a Naikari ni a mí nos gustan mucho los dulces pero a Urtzi y su padre les encantan. Ellos ya saben lo malo que es el azúcar refinado blanco para el cuerpo y su sabor es demasiado dulce para ellos acostumbrados al agave, las melazas, la estevia… No obstante, la prohibición de comérselo seguro que le haría más daño emocional que no el trozo en sí. Para mí, siempre, es más importante la relación con mis hijos y luego todo lo demás. Estoy convencida de que si les prohibiera comer algo en concreto, ellos lo querían con más intensidad o se lo comería a escondidas. Muy pocas veces comen cosas no sanas. Sus cuerpos ya les hablan y ellos saben escucharlos. Recuerdo un día que Urtzi, mi hijo mediano, me dijo que en la clase de hockey le habían dado “chuches”. Yo sólo le pregunté si se había comido muchas y él me dijo que sólo una y que las demás las había tirado. Incluso me enseñó  dónde. Cuando suceden cosas así es cuando nos damos cuenta de que todo va bien.

Si hemos decidido respetar sus intereses, pasiones, ritmos (académicamente hablado)… No sería lógico no respetar todo lo demás: cuándo y qué comer, cuándo y dónde dormir o despertar, cuándo y cómo ayudar en la casa, qué ropa ponerse, cómo peinarse…

Un buen día (de esto ya hace unos cuantos años) me plantee todas estas y más cuestiones. No tenía sentido para nosotros respetarlos académicamente (sus intereses y ritmos) y por otro lado llamarles (obligarles) para comer a la 1 o llevarles a la cama a las 9 o despertarlos a las 8 y obligarles a ordenar sus cosas… No parecía coherente.

Lo de la comida es lo que, en mi opinión, cuesta más a las familias. Si se tiene siempre comida sana al alcance de los niños (fruta fresca de temporada, frutos secos, semillas, zanahorias, tortas de cereales, pan casero, algún cereal hervido, patés vegetales, zumos naturales, leches vegetales…) no tendría por qué ser un problema. Quizás es que, a veces, los adultos somos los primeros, incoherentes, en este tema. Hay padres y madres que no quieren que sus hijos coman o beban ciertas cosas pero ellos sí los toman. El ejemplo es primordial y la mejor herramienta.

La Crianza Convencional es realmente bastante “anti-niños”. Nunca seríamos capaces de hacerles a los niños lo que a veces les hacemos (dejarles llorar, no cogerlos en brazos, no escucharles, dejarlos solos, separarnos de ellos cuando ellos no quieren, darles ordenes continuamente, gritarles…) si nos permitiésemos sentir lo que ellos están sintiendo y ver y sentir el mundo desde sus necesidades y entendimiento.  Dicho de otro modo: ver el mundo a través de sus ojos y sentir el mundo a través de su corazón. A muchos de nosotros se nos ha olvidado o ya no escuchamos al niño/a interior herido que aún llevamos dentro. Para poder hacer eso nuestro  niño/a interior debería estar sanado. Una buena forma para sanar nuestras heridas pasadas sería tratando a nuestros hijos de la forma en que nos hubiese gustado que nuestros padres y los adultos que entonces estaban con nosotros nos hubiesen tratado a nosotros.

¿Cómo se puede vivir sin horarios para comer ni dormir?Para las familias que siempre han tenido y siguen teniendo un horario fijo, les puede parecer un descontrol total. La verdad es que el cuerpo ya nos va diciendo cuando tenemos hambre y sueño siempre y cuando le escuchemos y le hagamos caso. Muy pocos adultos sabemos hacer eso. Comemos según un horario y no por hambre. Nuestros hijos no tienen esa necesidad impuesta desde fuera ahora (horarios laborables en su mayor parte), por tanto no se la impongamos nosotros… podríamos dejarles ser más libres, autónomos y escucharse a sí mismos mejor. Saber escuchar el cuerpo es todo un arte que muy pocos adultos sabemos hacer ya que a muy pocos nos dejaron hacerlo en su día. Como siempre digo, solemos hacerles a nuestros hijos lo que nuestros padres nos hicieron a nosotros sin antes preguntarnos si eso, a nosotros, nos gustó o no. Ya no recordamos cómo nos sentíamos, ¿verdad?

Nuestros 3 hijos suelen desayunar, comer, merendar y cenar los 3 juntos casi siempre a la misma hora. La verdad es que cuando su padre y yo nos ponemos a comer enseguida vienen y preguntan qué hay (si es que ese día no me han ayudado a preparar la comida y ya lo saben) y se sientan en la cocina con nosotros. A veces simplemente les digo que la comida ya está hecha y que si quieren que la sirva. No siempre comemos en el mismo sitio, a veces nos sentamos en el suelo, en la terraza, en el patio, en el comedor, en el sofá… Les encanta que me siente en la mesa pequeña con ellos. 1 o 2 días a la semana estamos fuera de casa todo el día con otras familias y comemos en el campo o parque. Ellos van viniendo cuando tienen hambre y se vuelven a jugar. No hay que olvidarnos que el juego también alimenta mucho. Si un día no desayunan mucho, luego comen más en la comida, sino han comido mucho al medio día luego comen más en la merienda, si vuelven dormidos en el coche por la noche y no han cenado, al día siguiente se levantan con un hambre atroz… Si realmente les dejamos que se escuchen, ellos se regulan muy bien y son bastante constantes. Para poder ver que eso pasa y es cierto sólo hay una forma… Confiar en ellos y darles esa libertad y respeto y saber esperar.

¿Qué hay de las comidas en familia, todos juntos?En mi opinión, lo importante de las reuniones familiares no debería ser el comer sino el estar todos juntos y compartir un buen rato. Si las reuniones familiares son divertidas, se habla, se deja hablar (tanto a los adultos como a los niños), se escucha (tanto a los adultos como a los niños), no hay televisión de por medio… seguro que a nuestros hijos les encantará estar con nosotros mientras comemos. Si ellos tienen hambre antes pues que coman. Cuando nos vean a papá y mamá sentados a comer seguro vendrán encantados y sino vienen por que están haciendo algo más importante para ellos pues, bien, también. Nuestros hijos no tienen horarios fijos para las comidas pero  el 90% del tiempo comemos juntos. Incluso los días que no estamos en casa. Ellos escogen nuestra compañía, no se la imponemos. Cuando llega papá más tarde y se pone a comer , siempre, suelen venir para contarle cosas y estar con él.

¿Tendrán que ir a la cama tarde o temprano, no? Se suele pensar que si respetamos a los niños y les damos libertad van a hacer  cosas “malas”, nos van a retar, poner a prueba, comportarse “mal”, ser rebeldes, hacer lo que les venga en gana, no respetar a los demás… Pues, he de decir que todo lo contrario. Un niño respetado, respetará a los demás. Los niños que actúan rebeldemente o por oposición son precisamente a los que se les ha limitado, obligado y forzado o prohibido  hacer lo que realmente querían o no hacer. Contrariamente a lo que mucha gente piensa, un niño que tiene libertad no tiene la necesidad de poner nada ni a nadie a prueba porque se siente seguro y no teme no poder hacer algo o no tener algo… No suele tener la necesidad de invadir la libertad del otro para así tener él más ya que su libertad no ha sido nunca “robada”. Puede entender mucho mejor cuando algo no se puede hacer (en casa de otra persona) o no puede tener algo (no son decisiones arbitrarias-hay un motivo). Suele adaptarse bien en sitios que hay normas, reglas y hábitos diferentes  ya que él sabe que sólo es allí donde debe comportarse de tal modo. En su casa, con los suyos, él es respetado y volverá a tener libertad.

En conclusión, para mí (una mamá Unschooler) no tendría ningún sentido no respetarles en estas y más cuestiones. Cuanto más confiamos en ellos más motivos nos dan para seguir adelante sin tantas reglas ni límites.

Suscribete a mi newsletter

Cada mes te envío cartas de una madre consciente

 

10 comentarios en “La Crianza Consciente y el Unschooling van de la mano.”

  1. Hola Ivonne, me gustó la manera en la que redactaste este artículo, muy claro y personal. Yo te sigo hace un buen tiempo, tenemos cosas en común, pero soy consciente que no compartimos algunas ideas. Y eso es seguramente porque hay conceptos que manejamos de manera distinta. Yo también creo en que, la crianza de los hijos debe ser lo más respetuosa posible, pero ahí tenemos nuestro primer concepto, y qué es el respeto para ambas? Yo considero que los seres humanos somos artificios, creaciones sociales para llegar a un ideal del hombre que consideramos el mejor. Y si uno desea a sus hijos, conscientes en la alimentación, o en las artes, o en la política, o menos competitivos y más solidarios, o cercanos a la música o a la física cuántica pues el adulto propiciará ese tipo de ambiente para ese tipo de ser humano. Desde luego que las capacidades naturales y talentos personales encaminarán finalmente la decisión de cada quien, pero sin acercamiento a estos temas sería muy difícil o casi imposible. Te felicito como siempre por tu labor creadora y difusora que es vital, en este mundo donde aún hay índices muy altos de maltrato i fantil y desconocimiento total sobre lo maravilloso de la niñez.

    1. Pquita coincido totalmente contigo. ¿De dónde tienes la idea de que yo no pienso así… je je je? Siempre he defendido el proponer pero sin imponer. Por supuesto que el rol del padres es facilitar y acompañar y ofrecer a sus hijos las maximas oportunidades de aprendizaje posibles. Es más nosotros lo hemos hecho y ELLOS luego han escogido… Les hemos mostrado el mundo a través de nuestros hijos y ellos han cogido lo que más han necesitado o deseado… He escrito mucho sobre ello… Me sorprendió lo que comentaste…
      Mira por ejemplo aquí: http://welivelearning.blogspot.com.es/2012/11/unschooling-no-es-child-led-learning.html
      http://sandradodd.com/spanish/childled
      Un abrazo.

    2. Creo que no me he expresado bien, sin ánimo de polemizar a través de este medio, aunque polemizando igualmente y de manera inevitable, entiendo que la crianza natural, con apego o, con conciencia tiene esa premisa justamente, la de ser «natural», yo no comparto esta visión roussoniana de la vida, es por eso que te comenté brevemente sobre la construcción y artificialidad del individuo. Aquí mencionaré un ejemplo que extraje del artículo:
      «No buscar estrategias para modificar y moldear su comportamiento y hacer que sean como nosotros queremos que sean y hagan lo que nosotros queremos que hagan.» Pues, no veo ningún problema con que los hijos, en muchos y, no en todos los casos, «hagan lo que queremos», y me parece que tu tampoco, ya que, según señalas: «Mis hijos, casi siempre, suelen escoger alimentos sanos para alimentarse porque saben y están informados sobre nutrición.» Esto, por ejm, es lo que quieres que hagan, alimentarse bien, para esto, les informas, les hablas, etc, para conducir sus deseos, es que, es simplemente inevitable.

      1. Paquita bonita, creo que estamos totalmente de acuerdo… je je je. Yo me refiero a ser autenticas y sinceras nosotras también. Con lo que hacemos y pensamos y hacemos. Claro que deseo que mis hijos estén sanos y muchas más cosas… Les explico lo que sé de nutrición y ellos escogen. Doy ejemplo y no critico cómo comen los demás. Cuando digo «estrategias» me refiero a usar premios, castigos o amenazas (manipular al otro a nuestro favor), imagina que para comer sano nos tuvieran miedo… Les influenciamos, por supuesto! es inevitable! les guiamos e inspiramos…por ser cómo somos NO por lo que les hacemos a ellos. No quiero cambiarlos, quiero darles mejor de la mejor forma… No les manipulamos ni dirigimos… A mi entender es muy distinto. Cuando se inspira con el ejemplo y no sólo explicando, el otro hace por voluntad propia no por coacción o miedo o buscar aprobación…

        Un abrazo.

        Bonita, esto, a mi entender no es buscar polémica. Es muy rico poder profundizar de este modo. A mi personalmente me encanta… je je je.

  2. Gracias Ybonne por escribir este blog
    Te sigo desde hace poco tiempo y me resuena todo lo que compartes
    Tengo dudas sobre nuevas tecnologías constantemente, sobre crianza, sobre alimentación… que me hacen indagar y profundizar más en mi interior
    Esta siendo un viaje
    No lo idílico que me gustaría
    Pero ahí vamos
    Días como hoy leerte es una delicia

      1. Muchísimas gracias por contestar Yvonne,
        ví la charla y me gustó mucho, aún tengo pendiente hacerme con un disco duro y ponerle títulos, porque tenemos una consola conectada a internet y es encender y solo quiere YouTube, le tengo creadas listas de reproducción sobre dinosaurios, transportes, pero no me gusta que esté ahí en la red, aun es pequeño (3 años) y siempre salta algo de publicidad o termina viendo los típicos dibujos Patrulla Canina, personas que juegan con juguetes (lo que me parece un poco inquietante la verdad), en fín, como puedes ver es un tema que me preocupa porque él a diferencia de otros niños que conozco se embelesa y no se conforma con lo que le pongas, exige tal o cual cosa para ver y me asusta un poco. Por ejemplo, un capítulo concreto de Little Einstein, pero acaba y me pide otra vez verlo, y termina cansado de verlo y pide otros dibujos, claro hay tanto donde elegir… también había pensado comprarle varios títulos adecuados a su edad y que sean de su interés y dejárselos a su alcance, pero con la edad que tiene creo que sería mejor que jugara a su aire y me inquieta este tema.
        Los consejos que das en el taller van dirigidos también para niños tan pequeños?
        Gracias de nuevo

        1. Vanessa, a qué taller te refieres? Al de las tecnologías? Un niño de 3 años está en plena etapa sensorio-motriz y necesita jugar y moverse tanto como tu cuerpo se lo pida… Debe tener oportunidades para poder satisfacer dichas necesidades…
          Un abrazo.

          1. Sí, me refería al taller del vídeo que me enlazaste. Salimos al parque y a caminar mucho con bici o moto, si vamos a un centro comercial le encanta estar en la zona lúdica donde hay muchos niños escalando, tirándose por toboganes, etc…
            Y tratamos de buscar actividades y encuentros con otras familias
            No haces charlas por Barcelona?

  3. Pingback: Entrevista en IDEAS PARA PROFES con Javier y Joaquín - Yvonne Laborda

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Quieres saber más?

Cambiar y transformar tu vida es posible... ¡puedes sanarte!

Visita la web del Instituto Yvonne Laborda, aquí podrás vivir y experimentar el cambio que estás deseando

DSC_7004.jpg

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Scroll al inicio
EBOOK-7PRINCIPIOSIN-SOMBRA-para-popup.png

Consigue GRATIS mi ebook

Los 7 Principios de Yvonne Laborda para una Crianza Consciente