Inspiraciones para seguir ayudándote a sanar.

Madre e hija abrazandose

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Hola de nuevo. Imagino que ya habrás leído mi e-book:  «10 pasos para Sanar la Herida Primaria».

Hoy me apetece compartir contigo algunas potentes reflexiones extraídas de mi curso online Sanar la Herida Primaria:

Quiero seguir inspirándote y ayudándote y creo que estás reflexiones pueden hacerte tomar conciencia de nuevos aspectos… 

Módulo 3: La relación con nuestra madre.

  • Tendemos a justificar y disculpar a mamá por que la psique infantil no puede quedarse sin la mirada ni amor de mamá. Siempre pensaremos que nosotras somos responsables de eso que mamá nos hace o dice. Un niño siempre hará lo que sea por obtener el amor de mamá… No sólo hemos reprimido las emociones sino que también hemos negado algunos hechos.
  • Todas las emociones reprimidas en infancia y no validadas ni recogidas ni nombradas por mamá se nos actualizarán siendo adultas en forma de reacción emocional automática descontrolada. Se producen regresiones emocionales
  • Necesitamos tanto de la aprobación y el amor de mamá que llegaremos a negar todo eso que nos pasa y sentimos de niños. Haremos lo que sea por satisfacerla, incluso dejar de ser quien hemos venido a ser.

Módulo 4: Violencia activa y violencia pasiva-invisible.

  • Si nuestra verdadera experiencia infantil hubiese sido nombrada, recogida o hubiese habido algún testigo, como siempre nos comenta Alice Miller en todos sus libros, el resultado de las experiencias vividas sería muy distinto. No habría tanta secuela emocional sino más bien el simple recuerdo de la vivencia infantil. No habría la represión ni la confusión ni el desorden y sobre todo no habríamos estado tan solos.
  • Sería impensable que un niño que desde el comienzo de su vida fue amado, respetado y tenido en cuenta pudiera de adulto cometer algún crimen. Como comenta Alice Miller: El acceso a esta simple verdad se mantiene bloqueada debido al dolor que tuvimos que soportar en nuestra propia infancia.
  • La furia recobra vida cuando devenimos madres y de este modo puede darse salida contra otra criatura indefensa. Y seguimos la cadena. Esto es el verdadero desastre ecológico.
  • Ejercer violencia también sería controlar y usar el poder a favor del adulto como en el caso de corregir, criticar, juzgar, castigar o amenazar al niño pensando que es por su propio bien. En el módulo 8 hablo en profundidad sobre cómo podemos soltar esta necesidad de control.

Módulo 7: Sanar el vacío emocional. ¿Quién soy? ¿Cuál es mi propósito en esta vida?

  • Lo que más nos imposibilita o dificulta sanar es: No poder aceptar nuestra verdad. Negarla, minimizarla, justificarla, silenciarla, tergiversarla… Aceptar que no fuimos amadas como legítimamente necesitábamos y que hubo una gran distancia entre nuestras necesidades y la satisfacción de las mismas, nos lleva a justificar o defender a nuestros padres con la esperanza de creer que sí tuvimos una feliz infancia. Necesitamos pensar que sí lo hicieron todo por nosotras. Y si no fue así, necesitamos justificarles o defenderles. Esa necesidad es desde la niña desesperada por ser mirada.
  • Si verdaderamente quieres sanarte, necesitas comprender, salir y atravesar ese bosque oscuro que fue tu infancia y adolescencia y sentir y resentir a la niña o niño que fuiste. Siéntele, llórale, háblale, acompáñale, acéptale, ámale con todas tus fuerzas y dile que ya no está sola, que te tiene a ti y que ya NUNCA más estará sola.
  • No se puede sanar lo que no ha sido sentido, ni llorado, ni expresado, ni validado, ni nombrado, ni aceptado. Nuestra verdad nos liberará y nos sanará. Habla tu verdad, escribe tu verdad, grita tu verdad y enmarca tu verdad. Tu verdad te trajo hasta aquí y sólo tu verdad te permitirá avanzar desde aquí  hasta dónde tú deseas ir.
  • Nos hemos pasado gran parte de nuestra infancia, adolescencia y juventud esperando ser amadas y aceptadas tal y como éramos. No obstante, nuestra madurez emocional se estancó esperando. Vivimos y actuamos dentro de un cuerpo adulto pero nos comportamos cómo si fuéramos niñas desesperadas por ser amadas algún día.
  • Sólo tomando conciencia de nuestra verdadera realidad infantil podremos cambiar nuestras reacciones emocionales automáticas y convertirlas en actitudes amorosas y respetuosas hacia nosotras mismas y hacia las demás personas, especialmente, nuestros hijos y nuestra pareja.
  • Las experiencias vividas por los niños heridos que aún habitan en los cuerpos de muchos adultos hoy en día, son las responsables de mucha de la violencia, la crueldad y la necesidad de poder y control que hay en el mundo. El niño indefenso, solo y desesperado se convierte en un adulto ofensivo, violento y controlador.

 

Deseo que puedas llegar a ser la madre que tus hijos necesitan y la mujer que viniste a ser... Si necesitas ayuda o deseas hacer un trabajo de indagación profundo estaré encantada de acompañarte… 

 

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