Cómo afrontar el acoso escolar. Una nueva mirada sobre el bullying

Lo primero que me gustaría decirte, y sé que esto puede herir tu sensibilidad, es que la clave para afrontar el acoso escolar, el abuso o la violencia entre niños es entender que tanto el acosador como el que recibe el acoso son víctimas.  Uno es víctima de la violencia recibida y el otro es víctima de su gran malestar interno, el que le provocó lastimar a otra persona.

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Lo primero que me gustaría decirte, y sé que esto puede herir tu sensibilidad, es que la clave para afrontar el acoso escolar, el abuso o la violencia entre niños es entender que tanto el acosador como el que recibe el acoso son víctimas. 

Uno es víctima de la violencia recibida y el otro es víctima de su gran malestar interno, el que le provocó lastimar a otra persona.

Es desde esta nueva mirada desde donde necesitamos comprender y actuar sobre este tema.

Y es cierto que en este artículo ponemos el foco en el acoso infantil, pero también podríamos hablar de cambiar y dirigir esa mirada hacia los casos de acoso, abuso o violencia entre adultos.

En estas líneas reflexionaré contigo sobre:

  • La mirada convencional versus una nueva forma de comprender el acoso escolar.
  • Cuáles son las señales más evidentes de que existe acoso escolar.
  • Cuál es el perfil del niño acosador y del niño acosado.
  • Cómo de preparado está el sistema educativo para atender y hablar de acoso escolar.
  • Cómo gestionar el dolor que sienten ambos niños, el acosador y el acosado, cuando se produce acoso escolar.

En la mirada convencional solemos ver a uno como bueno y al otro como malo cuando hablamos de acoso escolar (un agresor y una víctima).

Yo quiero y necesito poner el foco justo ahí, porque la realidad es que tenemos a dos víctimas.

El otro, el que acosa, es víctima de su gran gran malestar interno también.

Tan grande que llega hasta el punto de necesitar acosar para calmar su dolor interno. Tiene la necesidad de herir, abusar, de humillar, etc, porque en su vida quizás, está recibiendo una experiencia traumática. Y toda esa rabia, odio, frustración, impotencia y dolor, que ya no puede reprimir más, explota, y la proyecta sobre otro ser más vulnerable.

Partamos desde esa nueva mirada para entender el resto.

Cuáles son las señales más evidentes de que existe acoso escolar.

En este punto es de vital importancia hablar y diferenciar entre bullying pasivo y activo, o lo que yo prefiero nombrar como violencia más activa o pasiva.

Pero, ¿Qué entendemos por violencia activa o pasiva?

La violencia más activa es más evidente, es más fácil de detectar, porque si gritamos, insultamos o pegamos a otro, parece más obvia la violencia, se ve más.

No se puede negar la violencia activa, es visible.

Ejemplos de violencia ACTIVA son también las palizas (daños corporales en general) o el abuso sexual.

Pero la violencia PASIVA, la que no se ve, la más emocional, la más psicológica, donde humillas, ignoras, desprecias a la otra persona, o haces algo para que se sienta mal, como por ejemplo, hablar mal de ella a otras personas, hacerle alguna trastada en su silla, culparla de algo a sus espaldas.

Es una violencia mucho más sutil e invisible.

De repente, esa persona siente que los demás se alejan, le miran mal, es rechazada o desplazada, pero no sabe por qué…

O cuando una persona es ignorada o chantajeada.

Esto provoca un dolor emocional muy intenso y psicológico en esa persona.

Esta violencia más psicológica normalmente es desde aquí:

  • desprecio
  • no me valoran
  • estoy solo
  • me ignoran
  • me hacen vacío
  • se burlan
  • se rien
  • me castigan
  • me encierran en el cuarto hasta que me porte bien.

En ambos casos estamos ante situaciones donde se está produciendo abuso y violencia, ya sea más ACTIVA o PASIVA.

La violencia activa no confunde al niño ni le engaña emocionalmente hablando.

La ve, la oye y la siente en sus entrañas tal cual. No se puede negar.

Un niño que ha sufrido violencia activa se reconoce socialmente cómo víctima.

Pero todo es violencia, aunque se asocie la gran mayoría de las veces solo a la parte más visible y física.

Así que podríamos decir que violencia es todo lo que genera hostilidad y malestar.

Atentar contra las necesidades más legítimas de los niños es vivido como un acto violento desde el alma infantil.

Solemos juzgar la violencia desde la mirada adulta y no desde la vivencia real infantil.

Pero ejercer el poder sobre un niño también es violencia, no es solo darle un guantazo o golpe en la cara o las nalgas.

En el parto por ejemplo, coger a un niño sacarlo del vientre de su madre, separarlo de ella, darle unos golpecitos para que llore, medirle, pesarle etc, esto también es violencia.

Un bebé necesita primero estar piel con piel con su madre.

Socialmente hemos normalizado mucho la violencia que aún ejercemos sobre los niños.

Hasta que no dejemos de ejercer tanta violencia sobre los niños, no dejaremos de tener una sociedad violenta.

Viendo como los adultos (la sociedad) tratan a los niños sabremos lo heridos que aún estamos.

Y sé que esto que lees puede ser nuevo para ti o que hiera tu sensibilidad, pero es importante que nos demos cuenta de lo que define realmente la violencia y cuánta ejercemos.

Está demasiado normalizada en algunos casos y tendríamos que revisar muchas de estas actitudes, por ejemplo cuántos profesores y maestros levantan la voz, comparan a los niños o los sientan al final de la clase como castigo por su comportamiento o no hacer bien una tarea.

 

¿Puedes llegar a imaginar cómo se siente un niño en esas situaciones?
¿Recuerdas cómo te sentías tú?

En este artículo profundizo más sobre la definición de violencia y lo que la diferencia de la agresividad.

Cuál es el perfil del niño acosador y del niño acosado.

Hace poco me hacían esta misma pregunta en un programa de radio donde me invitaron a hablar de bullying, y siempre me gusta responder teniendo en cuenta que no hay un abc de esto, que cada caso y cada persona es diferente, y que solo se puede hablar de los perfiles del acosador y del acosado de forma muy generalizada.

Así que a modo general, el llamado acosador, la persona que ejerce una violencia más activa, suele ser una persona que lo ha vivido también, posiblemente en su casa lo ha vivido o en su entorno más cercano.

O quizás ha sufrido de violencia más pasiva, y toda esa rabia y frustración o incluso impotencia que siente, es lo que le provoca, le mueve a ser violento también.

Necesita descargar su dolor sobre otra persona para no sentir tanto el suyo.

O bien le han pagado o ha sigo testigo viéndolo por ejemplo en otro familiar, en un hermano, en la madre…

No olvidemos que un niño testigo de violencia también es víctima de violencia. Ya sea que lo haya visto en alguno de sus hermanos o entre su padre y su madre.

Es alguien que tiene un malestar tan grande que no puede con él y explota contra alguien más débil.

Y por otro lado, el perfil de la persona que recibe el acoso es alguien más vulnerable, más insegura, más débil. No siempre es así, pero casuísticamente, sí suele serlo.

Un acosador no suele buscar a una persona empoderada, segura de sí misma, líder, comunicador, potente desde el punto de vista de su energía, porque le puede rebotar en su contra.

Sin embargo, el que a simple vista parece menos, el más pequeño, el más delgadito, el gordito de la clase, el que lleva gafas, el callado, estoy hablando solo a nivel de la energía con la que se perciben, son más vulnerables y fáciles de herir.

A ojos del acosador parecen más inseguros, menos fuertes a nivel emocional y por eso les escogen.

Pero como digo, esto es solo hablando de forma general y es importante estudiar cada caso.

                                                                                                             Para Yvonne Laborda de Mercedes Sabalúa

¿Está el sistema educativo preparado para atender las situaciones de acoso escolar?

Otra pregunta a la que suelen apuntar en muchas de las entrevistas que me hacen.

Y mi respuesta será siempre desde otra pregunta, ¿por qué siempre apuntamos al sistema educativo en todo lo que tiene que ver con la hostilidad del mundo infantil en la escuela?

Todo empieza en casa.

Lamentablemente duele aceptar esta verdad.

Los responsables de esa criatura que ha venido al mundo, es toda la comunidad.

En la escuela por supuesto, pero también en casa, los vecinos, toda la familia, el entorno…

Todos somos responsables, todos deberíamos honrar la infancia.

Todo niño es algo completamente sagrado.

Y creo que si en la escuela y desde casa y servicios sociales se acompañara desde otro lugar sería más fácil o incluso no se llegaría a esos extremos de acoso, abuso, violencia o incluso índices de suicidio.

Pero como digo, es necesaria esa otra mirada para afrontar el acoso escolar, comprendiendo que ambas partes necesitan ayudan por igual.

Sin embargo, si te fijas, lo primero que hacen (en muchas escuelas) con el que acosa es expulsarlo de la escuela.

¿Crees realmente que eso ayuda a tratar el problema de raíz?

Honestamente, es algo que le hace sentir aún peor, rechazado, etiquetado de malo, sus padres se avergüenzan de él, y la cadena de malestar es tan grande que puede llevar a otros problemas aun peores como son las drogas, alcohol o suicidio.

Comprendamos que el niño que necesita hacer daño a otros también está lastimado, también está herido y muy desesperado. Se siente terriblemente mal y solo.

Necesita que lo acojan, verle, que le pregunten qué le pasa, qué necesita, qué le falta…

Que se revise su escenario de infancia y relación con los padres primero y luego todo lo demás.

Porque todo ese acoso que manifiesta es solo un síntoma de su gran malestar interno.

Es urgente e importante darnos cuenta de eso y no ver a esa persona como la persona mala.

No confundamos lo que somos con lo que hacemos.

Hacer algo mal no nos convierte en mala persona, sino en alguien que ha tenido una mala actitud, un mal comportamiento. Todos podemos cambiar y mejorar nuestra actitud cuando nos sentimos mejor y nos ayudan y nos acompañan.

Cuando un niño se siente mal se comporta mal. Cuando se siente bien se comporta bien.

Necesitamos poner más la mirada y el foco en cómo se siente un niño y no tanto en cómo se comporta.

Nos comportamos según nos sentimos.

Recuerda que el acosador no es eso, lo que ha hecho es una actitud, ha tomado la decisión de actuar así. Elige ejercer la violencia.

Muchos de nosotros lo elegimos también cuando gritamos, juzgamos, criticamos, castigamos o amenazamos.

La violencia nace y se va cultivando y perpetuando, principalmente por la falta de maternaje.

La violencia es falta de conexión, de aceptación, de valoración. La violencia es falta de AMOR INCONDICIONAL.

¿Realmente piensas que un niño respetado, escuchado, sostenido, aceptado, acompañado, validado y amado como legítimamente necesita elegiría por voluntad propia hacer daño a otro ser ya sea persona o animal?

Pero darse cuenta de esto duele, porque entonces, tendremos que responsabilizarnos de lo que ocurre y de esos actos. Es más fácil culpar a los niños que tomar responsabilidad y revisar qué puede estar pasando.

Cómo gestionar el dolor que sienten ambos niños, el acosador y el acosado, cuando se produce acoso escolar.

En el caso del que ejerce el daño a otro, tengamos la voluntad de entenderle.

Es vital ser empáticos y compasivos con ambos.

Todo empieza por ahí.

Da igual si te estás dando cuenta ahora, si es ahora quizás, leyendo esto, cuando tomas conciencia de la realidad de todo esto.

No te preocupes si es ahora cuando estás viendo tus errores también, si no le has dado presencia en 10 años a ese niño. No importa, puedes hacerlo ahora.

Entrega tu amor ahora. Nunca es tarde.

El amor es la energía, la fuerza y energía más sanadora del mundo, su potencia es super fuerte.

No necesitas haber estado dando amor durante años, puedes hacerlo ahora y reparar el vínculo.

Habla con ese niño, explícale la verdad, háblale de tu ausencia, dedícale el tiempo que ahora necesita.

Apóyate si lo necesitas en la segunda de mis cuatro raíces para una Crianza Consciente: VALIDAR emociones y necesidades.

Es importante poner en palabras y traducir lo que cada niño siente o necesita, así que valida como se siente. Y nombrale todo lo que merecía que tanto le faltó.

Comprende porqué hace lo que hace.

Siéntate con él, reconoce la verdad, nombralá. Esta sería mi tercera raíz: NOMBRAR, decir la verdad.

Con la víctima o el acosado, lo que podemos hacer es recogerlo a él y validar también su vivencia.

Pero sobre todo es muy importante, ayudarle a ser empático, comprensivo y amoroso con la persona que le ha agradecido, hablo de ayudarle a comprender, no de aceptar o perdonar cualquier cosa, sino de comprender porqué algunas personas (niños) son violentas.

Es importante que el niño que recibe el acoso pueda ver eso también, y sienta compasión y comprensión.

Preguntarnos: ¿Qué le puede haber provocado o movido a actuar así?

Recuerda que el acosador no es eso, ha actuado así por lo que siente por dentro. Por su dolor, malestar, desesperación.

Todos tenemos la capacidad de hacer daño, pero no tenemos motivo para hacerlo, nada nos impulsa a ello, no tenemos la actitud o impulso de hacerlo porque no llevamos en nuestro interior tal carga de malestar.

Así que ayúdale con lo que le ocurre dentro para que no necesite actuar así.

Haz algo por él o ella para que pueda sentirse mejor y su comportamiento mejorará como efecto secundario.

Acompaña a ambos en esta vivencia hostil, porque lo peor no es lo que ha ocurrido, lo peor es la SOLEDAD con la que el niño tiene que vivir esa experiencia.

Cambia la mirada para poder cambiar el mundo.

En mi libro DAR VOZ AL NIÑO hay un capítulo entero dedicado a esas 4 raíces sobre las que puedes apoyarte para una crianza consciente. En este enlace puedes leer la introducción de mi libro y comprarlo por AMAZON o BOOK DEPOSITARY.

Te deseo una consciente y transformadora lectura. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS por estar aquí y ahora.

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1 comentario en “Cómo afrontar el acoso escolar. Una nueva mirada sobre el bullying”

  1. Kaixo,egun on.
    Estoy de acuerdo con muchísimas cuestiones que se han planteado en este mensaje.
    Es verdad que se habla de diversas cuestiones y que todas dan para unos cuantos debates, siempre intentando reflexionar sobre ellas, intentar entenderlas, sin cuestionar ni juzgar, pero, al mismo tiempo, intentando analizarlas y situarnos en la realidad que la estamos viviendo.
    Adolescecia, bulling, acoso(de cualquier tipo), ser reconocido y aceptado, tener en cuenta las «características» de cada edad, trabajar la comunicación sana, poner límites y normas donde correspodan, tener muy claro cual es el rol de cada miembro de la familia, comunidad educativa, relaciones exteriores….
    Y, con todo ello, intentar que nuestros retoños sean capaces de intentar mejorar la sociedad a mejor, dándoles recursos y confianza, porque lo pueden intentar por lo menos(si les dejamos)
    Bueno, podría extenderme mucho sobre ello, pero no creo que es el momento.
    Gracias por todo.
    Un saludo.
    Itziar.

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